Qué es la ansiedad y cómo intervenir

La ansiedad una reacción humana que corresponde a un estado constante de angustia, agobio o temor, y que genera síntomas físicos que impide a una persona llevar una “vida normal”.

El mayor problema con la ansiedad, es que se instauran pensamientos negativos que crean alarmas psicológicas. Estas son asumidas por el cerebro, el cual, mediante tanta descarga de cortisol, no puede distinguir si son reales o falsas. 

Así, se asumen como algo veraz y la persona comienza a actuar frente a ello. Visto desde otro punto, la situación de alarma puede parecer exagerada e incluso desproporcionada… Pero, para quien lo sufre, esto tiene mucho sentido, según su contexto y personalidad.

¿Por qué hay que intervenir? En vista de lo que produce la ansiedad, los pensamientos obsesivos aumentan y la persona no actuará de forma correcta en la mayoría de los casos, teniendo incluso episodios de mucha angustia. 

La intención es restar fuerza a esos pensamientos: al generar una lucha entre opiniones diferentes y lo que tienes en mente, es mucho más fácil dudar sobre la realidad de esas alarmas. 

Cuáles son los síntomas

Hay muchas personas que no comunican cuando están teniendo cuadros ansiosos, porque tampoco entienden muy bien sus emociones. 

Incluso, pueden tener vergüenza de admitirlo. Para ello, es importante que conozcas los síntomas de la ansiedad:

1. Nerviosismo y agobio. Una persona con cuadros ansiosos va a estar más susceptible a estímulos negativos, tiene mayor sensibilidad y puedes notarle preocupado o irritable.
2. Sudoraciones y manos frías. Este es un síntoma clave al que tendrás que prestarle anterior y el cual suele ocurrir comúnmente.
3. Palpitaciones más rápidas. Puedes poner la mano en el pecho de la persona o sentir su pulso desde la muñeca para comprobar esto.
4. Mareos o desvanecimientos. Si alguien que crees que sufre de ansiedad te manifiesta sentir mareos, estar muy cansado o querer sentarse a hacer una pausa, debes prestarle atención…
5. Dificultad para respirar. Revisar si la persona está haciendo expiraciones muy profundas, también es algo indispensable en estos casos.
6. Insomnio o alteraciones en el sueño. Algunas personas pueden dormir más de lo normal cuando están ansiosos, pero la alteración más común es la incapacidad para dormir.

Consejos si quieres ayudar a alguien con ansiedad

Aunque no hayas sufrido antes un ataque similar, tienes que buscar compadecer a quien lo vive. Para tener éxito haciéndolo, comprueba lo siguiente para ayudar a alguien con ansiedad:

1. Acércate y escucha

La forma de iniciar la conversación será diferente en cada caso, pero, conociendo el modo que se relaciona tu ser querido, ¡busca la mejor forma de comunicarte! Una vez puedas hacerlo, acércate, escucha atentamente y asiente.

Alguien con ansiedad no quiere sentir críticas, ni verse juzgado ante lo que le ocurre: necesita apoyo, así que reconfórtale desde el amor y la capacidad de mantener la calma.

1. Practica la empatía

Exprésale que tú también te has sentido ansioso y que eso no implica problemas de salud mental. Dile que todos hemos ha atravesado esos momentos difíciles y no hagas parecer que tiene algún problema específico por sentirse así.

1. Ten una lista de herramientas a la mano

Es importante conectarle con elementos físicos que le aterricen a la realidad. Proponle percibir olores, describir lo que está viendo y ayudarle a recobrar la respiración para superar una crisis. 

También, recomienda que realice ejercicios acordes a su personalidad, como escribir listas, cantar, comenzar a bailar o hacerle reír. Por último, ten a la mano los números de profesionales por si hay que acudir a ellos.

1. No pierdas la pista

Si una persona se mostró lo suficientemente vulnerable como para compartir contigo este momento, entonces sigue en contacto con ella para mostrar tu compromiso con su bienestar. Pregúntale cómo se siente y ofrécete constantemente para seguir siendo su apoyo.

¿Qué NO HACER cuando es el momento de intervenir?

Otro punto muy importante de considerar, son las cosas que están contraindicadas si alguien con ansiedad pide ayuda o permite que intervengas en su momento de crisis:

1. Deslegitimar lo que está sintiendo o insistir en que no es necesario. Recuerda que, si para esa persona es real lo que experimenta, ¡hay que prestar atención!
2. No le digas que se calme. Frases como “relájate”, “tampoco es para tanto”, o “deja de preocuparte” no son de ayuda. Y es que refuerzan el problema y empeoran la situación creando inseguridades.
3. Insistir en que tiene que superarlo. La persona claramente no quiere sufrir ansiedad, pero si no lo ha superado, es porque no tiene las herramientas necesarias aún.
4. Decirle que tiene un problema. Si haces comentarios relacionados a “tu problema es que…”, entonces reforzarás la idea de que algo en esa persona está mal.
5. Contarle esa confidencia a alguien más. Si intentas traer a alguien más, se sentirá vulnerada… Recuerda que, si confía en ti, es porque solo quiere tu ayuda.

Aunque enfrentar esta situación puede percibirse como una tarea compleja, la verdad es que desde el amor y la comprensión todo es posible. 

Lo primero que debes hacer para ayudar a alguien con ansiedad, es romper los mitos sobre la salud mental y comenzar a ver estos cuadros ansiosos como parte de algunos procesos comunes hoy en día y por los que cualquiera de nosotras puede pasar.