Y llegamos a la montaña. Pero no a una cualquiera, sino a la nuestra, a la de cada una de nosotras. A pesar de haber pasado juntas unas pocas horas disfrutamos de una maravillosa energía, tomamos contacto con la naturaleza en un precioso paisaje, liberamos nuestra impensable creatividad y cultivamos nuestra paciencia, fuerza y equilibrio a través de clases de Yoga aptas para cualquier nivel (también para aquellas participantes sin experiencia previa en el mundo del yoga).