Después de una semana con un clima algo inestable aterrizamos en Can Pica con ganas de naturaleza y desconexión.
Empezamos el retiro con una clase yin yoga junto al fuego para deshacernos de las prisas y liberarnos del estrés y casi sin darnos cuenta y de manera natural cada una de nosotras tomo su lugar dentro del grupo.
Trabajamos y tonificamos nuestro cuerpo y nuestra mente gracias a las clases de Laia y despertamos nuestro lado creativo pintando cuencos de cerámica llenos de autenticidad.