¿Por qué nos gusta mucho más regalar una planta natural?
Saca a relucir tu lado más comprometido
Probablemente te pueda parecer un cliché, ¡regalar una planta natural es regalar un ser vivo! Sin duda vas a demostrar que tienes la máxima confianza de que esa persona cuidará y mimará de la planta que le estás regalando.
Crea un vínculo especial
En segundo lugar, una planta es sin duda un regalo más sostenible, emotivo y poco materialista. Además de crear un vínculo con la persona, puedes estar seguro de que ella creará un vínculo especial con la planta y la querrá con más intensidad. Mientras esté viva, la planta será un bonito recuerdo de ambos y va a reforzar vuestra amistad o relación.
Además de duraderas, son económicas
Mientras que un ramo te flores te podrá durar unos 15 días, una planta, con los debidos cuidados, pueden durar muchos años. Sea una planta interior o una planta que necesite mucha luz en el balcón, es un detalle muy especial y versátil. Cuánto más gastes en un ramo de flores no significa que quieras más a esa persona. Si comparas el precio de un ramo de flores con una planta verás que las plantas son mucho más económicas y tienen otro significado emocional.
¡Importante! ¿Sabes de dónde vienen las flores de los ramos? Asegúrate que las flores que compres sean de origen nacional y de calidad ya que muchas vienen de países fuera de la Unión Europea.
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Son una buena terapia contra el estrés y la ansiedad
Uno de los muchos beneficios de regalar una planta es que las plantas nos proporcionan bienestar, tranquilidad y energía positiva. Muchos estudios apuntan que los niveles de estrés y de dolor de cabeza disminuyen si convives con plantas, sea en casa o en el lugar de trabajo. Es posible que tu ser querida/o descubra una nueva afición relacionada con las plantas. Cuidar de una planta no implica solo regarla, sino realizar todo un proceso de cuidados para que crezca y se multiplique.
El orgullo del trabajo bien hecho
Cuando regalas una planta a alguien, es normal que tengas muchas ganas de saber cómo crece y observar cómo florece. No solo creas una conexión especial sino que también puedes ser testigo de la evolución de la planta y del orgullo de su cuidador. Vais a tener un nuevo tema de conversación y podréis intercambiar consejos y trucos como unos verdaderos expertos.
¡Nuevas emociones que no se tienen con cualquier regalo!